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Restaurante japonés y Librería
nosotros
-Shikoku, la isla de los 88 templos, y mis abuelos-
Somos una familia de Shikoku, mi padre, mi madre, mi hermana y yo. Shikoku es la cuarta isla más grande del sureste del archipiélago japonés.  Aunque es la isla menos conocida de las cuatro principales, Shikoku es una isla dividida en 4 regiones, y está unida a Honshu por el puente más largo de Japón, puente por el que circulan coches, trenes y bicicletas. Es una isla preciosa para hacerla en bici o incluso peregrinando a los 88 templos, algunos de ellos verdaderas joyas sintoístas o budistas, en los que mi hermana y yo hemos cogido muchos mushi (bichitos).

Nuestra isla es conocida por la diversidad culinaria, el yuzu o el agua cristalina de los ríos de Kochi, de la que nacen una gran variedad de sake, según me cuenta mi madre, es la región de donde es nuestra abuela materna. Las mandarinas que no dejo de comer cada verano, de Ehime, lugar de donde son nuestros abuelos paternos, y donde cazo ranas, saltamontes, escarabajos de todas las formas y colores, libélulas y mariposas. El sanuki udon de Kagawa, lugar donde aprendí a hacer fabricar udon con las manos y con los pies, y donde endurecí las piernas subiendo al templo Negoro-ji. Y el ramen y el naruto de Tokushima, para repetir, que he tomado después de coger el teleférico de Unpenji, con mis primos, y disfrutar a lo grande con los 500 rakan.

Mis padres

Mi padre es de Ehime. Traduce libros y es doctor en filología española. Para costear sus estudios empezó haciendo ramen y sushi en varios restaurantes de Japón y España, hasta que abrió su propio restaurante en Madrid, unos meses más tarde de nacer yo. Mi padre solo me habla en japonés, y cuando voy a verle al trabajo el pido nigiri de maguro (atún), que ahora es mi preferido. Así, poco a poco, observándole, estoy aprendiendo a hacer cosas de la carta, porque algún día, quizás, me quiera dedicar a hacer sushi para vosotros.

Mi madre es hija de mi abuela, que es japonesa de Kochi. Pero su padre es español de León. Así que además del sushi y el ramen me encanta la cecina. Mi madre probó a hacer un maki de cecina, por eso de la comida nikkei y el maridaje, pero comentaba que ambos perdían, y era mejor seguir comiéndolos por separado. Mi madre hace vídeos y escribe, ella dice que es guionista y productora, pero a mi lo que me gusta es que cocina muy bien y le gusta experimentar en la cocina hasta encontrar un plato que le guste a la gente, y siempre dice que a la primera que tiene que encantarle es a ella. Poco a poco, probando los caldos y explicándome qué le falta y por qué, estoy entendiendo la esencia del umami, algo que mi madre tiene siempre muy presente.

Mi madre empezó a trabajar en el restaurante familiar después de un curso de sushi que hizo en Tokio y de aprender con algunos cocineros experimentados. Pero donde ella está en su salsa en el mundo del papeleo. Porque un restaurante, bueno dos Yan Ken Pon, tienen mucho trabajo invisible, pero que incide directamente en los platos y eso no tiene solo que ver con la calidad de los productos, sino de que mis padres y todos los que trabajan en los restaurantes estén bien anímicamente, sean felices, coman bien y descansen. O por lo menos eso es lo que me dice.

Mis colegas

Y ya para terminar, aunque mi hermana y yo solo seamos meros observadores y catadores de los platos de la carta o los nuevos experimentos, me gustaría añadir que además de mi padre y mi madre hay cocineros y cocineras, camareros y camareras de varias nacionalidades, japoneses, españoles y filipinos que son muy simpáticos, y que a veces nos hacen chistes o nos regalan monerías de origami, y otras, cuando están atendiendo a los clientes, nos ignoran. Pero todos ellos son parte de Yan Ken Pon, y a mi me gusta verles cocinar y hablarme en inglés o en japonés o en tagalo, porque es como estar en mi casa, que se habla muchos idiomas y todo se entremezcla.

Ryuki
Ryuki
/ Energía de Dragón
vosotros
Vosotros sois nuestra razón de existir. Cada día que venís a vernos, cada día que venís a compartir con vuestros amigos, llevároslo a casa o a un cumpleaños o un variado de onigiris a un picnic, o dar una sorpresa a esa persona que más queréis… cada día que nos decís cuánto os gusta nuestro ramen o nuestro sushi, cada día que hacéis comentarios buenos y sinceros en Google my Business, o en Instagram, o en Facebook… Cada día que os acordáis un poquito de nosotros, que nos llamáis para reservar mesa, que nos recomendáis a alguien, que os ilusionáis con algún plato nuevo, que traéis a vuestro perrito y a escondidas les dais un poquito de karaage… cada día es un día importante, y aunque cada día parece un poco repetición del anterior, cada día es único e irrepetible, y cada día que vosotros nos sonreís y nos dais amor, nosotros mejoramos un poquito más. Gracias por hacer posibles todos estos años de Yan Ken Pon. Y los que quedan para seguir manteniendo este precioso vínculo.

lo que contáis

Un ramen vegetariano súper suculento, con un caldo a base de leche de soja delicioso y lleno de sabor, y unos acompañamientos que logran un sabor umami. El sushi estaba muy rico. El sitio está decorado de manera original y el servicio fue muy amable. Lo recomiendo
Adie Badie
El mejor ramen vegano de madrid...
Nocolás Martellini
El mejor sushi que hemos probado en Madrid.
Lucia Venturini
Hemos ido a cenar un grupo de amigos y nos ha encantado. El onigiri de atún este muy rico y el tartar de atún delicioso. Lo recomiendo mucho. De precio, un poquito alto, pero vale la pena.
Evita GLu
Buena comida japonesa a precios asequibles. El local está en Plaza del Cascorro, justo donde se pone el rastro los domingos. Ofrecen tanto sushi como ramen.
Andrea Raisman
He de decir que tanto la comida como el restaurante son buenísimos. Soy especialmente tiquismiquis para el sushi ya que no me estusiasma el pescado pero sin duda la variedad del restaurante te permite pasar una muy buena velada con amigos. Deseando volver 😉
Andrea Perochon